domingo, 3 de mayo de 2009

el alma en prenda

Del bar de la esquina del bloque de su casa sale una voz femenina que lo llama.
-Luis, Luis, espera, hijo… Toma las llaves, ahora voy yo, come lo que quieras mientras…
El niño la mira con un gesto de hastío y de cansancio. Lleva la mochila a la espalda y un bolso con ruedas del que va tirando lenta y perezosamente. La chaqueta del chándal atada por las mangas a la cintura, los cachetes colorados y los pelos del flequillo pegados a la frente empapados de sudor.
Con tristeza le devuelve las llaves que ya tiene en la mano, y le dice
-Mamá, subes conmigo, me pones la comida, me das un beso y luego te bajas otra vez si quieres, sin prisas… ¿Vale, mamá?

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